Las tensiones geopolíticas son una constante en el mundo desde hace mucho tiempo, y por desgracia, la guerra entre Rusia y Ucrania podría marcar el inicio de un nuevo ciclo bélico que, ojalá, no escale a una conflagración global.
Aunque por sí sola la guerra entre las dos naciones ex integrantes de la Unión Soviética no es lo que muchos fatalistas vaticinaban como el inicio inminente de una “Tercera Guerra Mundial”, lo cierto es que la historia nos ha enseñado que los hechos más inesperados pueden ocurrir en cualquier momento y detonar desenlaces catastróficos.
El atentado con bomba que el sábado pasado acabó con la vida de Daria Dúguina, hija del líder nacionalista ruso, Alexandr Duguin, aliado cercano del presidente Vladímir Putin, podría ser uno de ellos. Ya veremos.
En cualquier caso, incluso mucho antes de ese trágico asesinato, expertos internacionalistas han advertido que las sanciones impuestas a Rusia por Occidente, han acelerado y reforzado más los lazos de esa nación con China para la conformación de un gran frente asiático. La premisa de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, es la que tanto Moscú como Beijing estarían aplicando contra Estados Unidos y Europa.
En este sentido, tras la franca provocación que implicó la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EU a Taiwán, es quizá más probable que nunca una invasión de la China comunista a la “China libre”.
Con este análisis coincide por ejemplo Gordon Chang, un especialista y columnista sobre el régimen chino, quien asegura que Beijing se está preparando para un conflicto armado, y que podría ocurrir muy pronto.
Chang relata que desde hace un mes funcionarios del gobierno chino han exigido a muchos empresarios que conviertan sus líneas de producción de sus mercancías, con el objetivo de producir artículos para el ejército.
“La República Popular China se está preparando para ir a la guerra, y no está tratando de ocultar sus esfuerzos. Las enmiendas a la Ley de Defensa Nacional, que entraron en vigor el primer día del año pasado, transfieren poderes de los funcionarios civiles a los militares”, escribió en su columna Chang, quien es un duro crítico del gobierno de Xi Jinping.
Estas enmiendas reducen el papel del Consejo de Estado del gobierno central, trasladando el poder a la Comisión Militar Central del Partido Comunista. En concreto, el Consejo de Estado dejará de supervisar la movilización del ejército.
¿Por qué preocupan las enmiendas a la Ley de Defensa Nacional de China?
De acuerdo con el especialista, las enmiendas apuntan a la ambición de China de alcanzar niveles de movilización militar de toda la nación para las futuras guerras y dan poder para controlar las futuras capacidades chinas de intervención militar global.
“Todas las organizaciones nacionales, las fuerzas armadas, los partidos políticos, los grupos civiles, las empresas, las organizaciones sociales y otras organizaciones deben apoyar y participar en el desarrollo de la defensa nacional, cumplir con los deberes de defensa nacional y llevar a cabo las misiones de defensa nacional de acuerdo con la ley”, indica el extracto publicado por el partido Comunista.
Las fuentes citadas por Chang expresan que durante los últimos 40 años, el Partido Comunista chino se ha estado preparando para “una guerra brutal”, y ahora la organización gobernante está acelerando sus planes al preparar a sus ciudadanos para la guerra.
De hecho, el especialista informa que días después de las sanciones que interpusieron países occidentales a Rusia por la invasión a Ucrania, el gobierno chino emitió un documento de alto nivel con diferentes medidas de protección en caso de que les aplicaran sanciones similares a altos funcionarios del gobierno.
Del mismo modo desde abril, afirma Chang, funcionarios del Ministerio de Finanzas y del Banco Central chino se reunieron con representantes de decenas de bancos para discutir lo que Pekín podría hacer en caso de que se impongan medidas punitivas a China.
Hace una semana, Chang declaró a la cadena Fox News que las relaciones entre Estados Unidos y China han llegado a uno de los momentos más peligrosos de la historia después de que -ademas de Pelosi- otros legisladores estadounidenses realizaran una visita no anunciada a Taiwán. Incluso coincidió con el ex secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, en que Estados Unidos está al borde de la guerra con Rusia y China. Es posible.
La decadencia de la superpotencia estadounidense y el surgimiento del bloque asiático
En este espacio hemos dedicado varias columnas a informar y analizar la conformación del nuevo bloque “Anti Estados Unidos” al estilo del que se vivió en el siglo XX.
La diferencia es que esta vez aunque la Unión Soviética se ha desintegrado, una nueva súper potencia en ascenso ha encontrado en Rusia, al aliado armado perfecto para consolidar su ascenso.
El momento parece propicio para la guerra.
China enfrenta – otra vez- el estallido de una burbuja crediticia que podría provocar una revolución social. Y a nada le teme más un gobierno totalitario que a una revuelta generalizada, y aunque al presidente Xi Jinping no le temblaría la mano para aplastar a millones de compatriotas de ser necesario, la opción de ir a la guerra por la “unificación” de China podría ser la más viable.
Taiwán es así el pretexto perfecto, y hasta ahora, muy pocos se han dado cuenta, y el que no se prepara, pierde.