Moody’s, una de las tres calificadoras crediticias más importantes del mundo, arrojó una verdadera “cubetada de agua fría” al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y es que esa influyente firma recortó el viernes pasado la nota soberana de México de Baa1 a Baa2, aunque cambió la perspectiva desde negativa a estable. Con esta acción, la calificadora dejó la nota de México a solo dos escalones de perder el grado de inversión.
El “grado de inversión” es la zona de calificación “aprobatoria” para los organismos, entidades o gobiernos calificados. Por debajo de ese nivel, la deuda de los emisores es considerada especulativa o “grado basura”, con lo que su financiamiento tenderá a ser más difícil y sobre todo más caro (con condiciones más estrictas y tasas más elevadas).
Guste o no, esas son opiniones que pesan, y mucho.
¿Cuáles son las razones detrás del recorte de la calificación?
• Moody’s menciona que la revisión se explica por tendencias económicas y fiscales que dañarán el perfil crediticio del país. En específico, esperan que la actividad económica continúe siendo afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales.
• Señala que, a pesar de ciertos beneficios por el nearshoring, no anticipan que la trayectoria de la inversión cambie drásticamente.
• En este contexto, prevén un incremento promedio del PIB de 2 por ciento entre 2022 y 2024, lo cual no permitiría eliminar la brecha provocada por la pandemia.
• En el frente fiscal, aunque destaca que el manejo fiscal “prudente” ha limitado un aumento excesivo en la deuda, asegura que la carga de intereses ha sido consistentemente mayor que la de otros países pares y podría empeorar ante el aumento en las tasas de interés.
• Además, señalan que las perspectivas fiscales estarán afectadas de manera negativa por un mayor gasto asociado a los apoyos para las empresas estatales y de pensiones, así como bajo nivel de colchones financieros, por lo tanto, esperan déficits fiscales por debajo de 4 por ciento en los próximos años.
Moody’s también argumentó que México tiene una gobernanza más débil que sus pares, con un marco institucional debilitado por los actos del gobierno de López Obrador que han afectado la independencia de las entidades regulatorias.
Esta es la primera vez que una agencia rebaja el grado de México desde el inicio de la pandemia y la crisis internacional de los precios del petróleo de 2020. En marzo y abril de ese año las “Tres Grandes” calificadoras internacionales, Standard & Poor’s (S&P), Fitch y Moody’s degradaron la nota.
Fitch la ha mantenido en BBB- y S&P en BBB, aunque apenas el miércoles pasado Standard & Poor’s ratificó la calificación de México, y mejoró la perspectiva a “estable” desde una anterior “negativa”.
Por cierto, resulta curioso que el gobierno de López Obrador, el mismo que primero había desestimado la opinión de Standard & Poor’s cuando antes degradó la calificación de México, ahora sea el que presume la opinión de la misma al mejorar la perspectiva de la nota de negativa a estable. En fin.
De acuerdo con la directora de análisis económico y bursátil de Banco Base, Gabriela Siller, en términos de finanzas públicas hay un mayor riesgo, pues las ayudas a Pemex, los programas sociales, paquetes fuera de presupuesto (como el PACIC) y las crecientes pensiones, presionan a las finanzas públicas. Y no hay duda de ello.
“El recorte implica un mayor riesgo de la deuda emitida por el gobierno en divisa extranjera, mejor conocida como deuda soberana. El recorte pone en riesgo en el largo plazo el grado de inversión y puede propiciar mayores salidas de capitales”, indicó la economista en jefe de Banco Base.
Ese por cierto, es un fundamento que dará pie también a una mayor depreciación del tipo de cambio en el futuro.
Moody’s es realista: la economía seguirá estancada
En este espacio llamamos la atención sobre el hecho de que durante todo el sexenio de López Obrador la economía ha estado en contracción. El rebote después de la pandemia ha sido sólo eso, un rebote.
No sólo no hemos alcanzado niveles de producción de bienes y servicios iguales a los que teníamos pre-pandemia, sino que el PIB del país está apenas en los niveles que teníamos a finales de 2016 y principios de 2017. ¡Vamos para atrás!
Así es: la economía durante todo el gobierno de AMLO ha retrocedido, y por eso México seguirá estancado. La calificación crediticia entonces debería ser ya incluso más baja, probablemente por debajo del grado de inversión, pues mientras el presidente se empeñe en derrochar dinero en proyectos financieramente inviables (como Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, y el “salvamento” de Pemex y CFE), los fundamentos económicos del país se seguirán debilitando en el peor momento.
¿Tendrá idea el presidente que tenemos por delante una nueva crisis y recesión?