La semana pasada apareció un artículo muy interesante en SchiffGold con datos que vale la pena comentar en este espacio. Y es que después de varios meses de constantes salidas de onzas de oro de las bóvedas del Commodity Exchange (Comex, división del New York Mercantile Exchange para el comercio de futuros de metales), el 1 de marzo de este año entraron a las bóvedas 1.6 millones de onzas de oro, siendo este es el mayor flujo de entrada desde octubre de 2020.
Este cambio en los inventarios de oro en el Comex puede deberse a 3 razones, y todas, muy alcistas para el precio del rey de los metales:
- Los bancos están reponiendo el stock de metal amarillo que retiraron en enero y febrero.
- Los bancos quieren respaldar el gran volumen de entrega que se está viendo en el antes históricamente tranquilo mes de marzo.
- Los bancos se están preparando para un volumen masivo de entregas en abril.
Como se muestra en el gráfico de abajo, este metal acaba de aparecer en los últimos días y se encuentra principalmente en la categoría ‘Elegible’, es decir, son lingotes propiedad de terceros que no pertenecen al Comex, sin embargo los tenedores deciden dejarlos bajo resguardo en esos depósitos, ante la previsión de futuras nuevas transacciones de compra -venta o bien, por seguridad.
A diferencia del oro, la plata sigue una tendencia diferente, pues han salido de las bóvedas casi 3.9 millones de onzas.
Parece que los grandes bancos de lingotes están totalmente interesados en el oro por ahora, y es muy probable que la mayor parte de esta entrada de metal sea todavía de las bóvedas de Londres que llegó a Nueva York en la crisis de liquidez de abril de 2020.
¿Qué está sucediendo? ¿Para qué se están preparando los grandes bancos de lingotes?
• Casi todas las bóvedas están aumentando sus inventarios de oro, lo que supone un cambio radical con respecto al mes de febrero.
• JP Morgan y Manfra incrementaron su inventario en 7.1 por ciento y el 15.2 por ciento en el último mes, respectivamente.
• JP Morgan tiene ahora flujos positivos en el último año.
El mercado del oro en el Comex lleva dando señales de alarma desde principios de enero, pero dichas señales se han multiplicado indudablemente desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Por este motivo, de las opciones que SchiffGold ve como posibles explicaciones para esta entrada masiva de inventarios de oro a las bóvedas del Comex, la que parece más viable es la de que los bancos de lingotes se están viendo forzados a reponer el oro que ha estado saliendo de sus bóvedas por entregas, y a prever que esta tendencia continúe en los meses por venir.
Tras la invasión a Ucrania, el congelamiento de hasta la mitad de las reservas de oro – mismas que Rusia habría mantenido por alguna razón desconocida todavía bajo custodia en Occidente–, deja en claro a todos los inversionistas que la única manera viable de tener oro de manera segura como activo refugio y de protección contra las crisis, es en una bóveda privada fuera del sistema bancario y dentro de su propio territorio nacional.
En un contexto como el que estamos viviendo de volatilidad en los mercados, tasas de interés al alza, inflación en máximos de varias décadas y un conflicto bélico que potencialmente podría derivar en una nueva guerra mundial, comprar oro no es protección suficiente. Quien no lo tenga en forma física y confíe sólo en los fondos cotizados (ETFs) en oro, o sus mercados de futuros y opciones, podría llevarse una desagradable sorpresa: el activo refugio con el que esperaban contar para sacar provecho de la crisis y protegerse de la sinrazón de los políticos, podría no estar ahí cuando más lo necesiten. Pregúntenle a Rusia.