En su discurso, de una hora 20 minutos, durante su toma de protesta como Presidente Constitucional de México, Andrés Manuel López Obrador reiteró algunas de las tesis de la izquierda sobre la historia y las causas de la pobreza en México, y a la vez aportó elementos que si los cumple, no habrá riesgo de que nos convirtamos en una dicto-democracia al estilo de Cuba, Venezuela, Nicaragua o Bolivia, donde presidentes de izquierda que ganaron democráticamente se han eternizado en el poder. Al final de su discurso enfatizó que no buscará reelegirse y respetará la división de poderes.
Hubo afirmaciones erróneas, basadas en la visión de la izquierda de que todo lo malo que ha pasado en México es culpa del neo-liberalismo, como la reducción de la producción de gasolinas y el aumento de sus importaciones, siendo que desde la estatización del petróleo, los abusos de su sindicato y la corrupción en su operación son la causa de las gasolinas caras.
La miseria y éxodo de campesinos a las ciudades y a EUA es producto de una reforma agraria socialista en el campo, que impulsó Lázaro Cárdenas. Casi todas las expropiaciones de Cárdenas: tierras, petróleo y ferrocarriles terminaron en quiebras y corrupción, fueron un fracaso, sin beneficio social.
Pero más allá de esa versión sesgada de los males de México, hizo promesas que serán muy positivas si las cumple: no expropiará y respetará la inversión privada nacional y extranjera. No subirá más los impuestos ni incrementará la deuda pública. Creará una zona libre de 25 kilómetros de ancho en toda la línea de la frontera con EUA, donde bajará el IVA y el ISR, a los niveles de los EUA. El gobierno no gastará más de lo que le ingrese, es decir, habrá equilibrio presupuestal, no habrá déficit presupuestal. Si lo cumple mejorarán mucho las finanzas públicas, aunque un equilibrio primario no es suficiente para pagar los intereses de la deuda heredada, que necesita que se gaste menos de lo que se reciba para tener remanentes que atiendan el pago del servicio de la deuda.
Aunque acusó al neo-liberalismo de los males de México y no al neo-socialismo, estatismo o neo-mercantilismo, cuya aplicación ha generado ineficiencia y corrupción, comentó que las remesas que envían mexicanos de EUA, un país con políticas neo-liberales, son una de las principales fuentes de divisas, empleos y ayuda a millones de mexicanos pobres.