El Premio Nobel de Economía Milton Friedman dijo “si un gobierno administra un desierto, pronto habrá escasez de arena”. Ese dicho, que parecía un chiste o exageración, se cumplió en Venezuela, y puede pasar en México si continua por el mismo camino que el otrora país más rico de Latinoamérica.
En varias ciudades del interior de Venezuela regresaron a la época de la leña ante la escasez de gas, aunque existan en el suelo de Venezuela 200 millones de pies cúbicos de gas, que representan las octavas reservas de gas más grandes del mundo.
En diversas ciudades de Venezuela se ven con frecuencia colas para cargar gasolina, pues hay escasez, a pesar que Venezuela tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo.
En 2007 en el gobierno del neosocialista Chávez, el Ministro de Poder Popular para la Energía y el Petróleo anunció el monopolio por el Estado de las empresas eléctricas, varias de ellas privadas. Al poco tiempo empezaron los apagones, racionamiento y escasez del fluido eléctrico.
La monopolización de la producción y distribución del gas, gasolina y electricidad por el gobierno, llevó a que en Venezuela escasearan esos tres productos básicos para el bienestar de un pueblo. En la retórica chavista los monopolios estatales se formaron para preservar la “soberanía nacional”.
Venezuela de ser el país con el mayor nivel de vida de Latinoamérica hasta finales del siglo pasado, a donde inmigraban colombianos, peruanos, ecuatorianos, chilenos, entre otros vecinos, en búsqueda de empleos y mejor nivel de vida, ahora, debido al socialismo de la época Chávez-Maduro, sus habitantes tienen un ingreso parecido al de Haití.
Según la ONU, 5.6 millones de venezolanos, casi el 17% de su población, abandonaron Venezuela por la escasez en que se vive. Es el país del mundo con la mayor emigración de habitantes.
La mayoría de los venezolanos nunca pensaron que vivirían esa trágica situación económica y política, al igual que muchos mexicanos piensan que México nunca será otra Venezuela.
La reciente consolidación del control absoluto del sector eléctrico en México por el Estado, mediante una Reforma eléctrica, que otorga un poder arbitrario a los directivos de la CFE, nos acerca al modelo venezolano. El gobierno del presidente López Obrador, de continuar por el mismo camino que en sus primeros tres años, terminará como Venezuela.