Obviamente, de muchos factores: que no cometa errores graves, que logre sacar a votar a sus simpatizantes y seguidores (para ganar por “paliza” como él mismo dice), que convenza más que sus contrincantes a los “Switchers” o indecisos…etc, etc, etc.
Sin embargo, acaba de aparecer en escena alguien que nadie tenía en su radar y que sin duda va a mover el tablero electoral para influir de manera importante en obstaculizar el posible triunfo de AMLO: sí, me refiero a Jaime Rodríguez “El Bronco”, gobernador con licencia de Nuevo León y candidato “independiente” a la presidencia.
¿Porqué El Bronco? Bueno, por su estrategia populista y populachera que es la que más se parece y la que más votos le puede restar a López Obrador. La mercadotecnia de estos dos personajes va dirigida al mismo mercado electoral; como dicen los publicistas, al mismo “target” o público objetivo. Y aunque seguramente El Bronco va a jalar votos de todos lados, al que más le puede quitar es al candidato de MORENA.
Algunos dirán: sí pero “El Bronco” falló como gobernador. Cierto, parece que le quedó grande el puesto, muy grande, pero en cambio tiene a su favor algo que es oro molido para cualquier candidato: una mercadotecnia muy pegadora. Si no me creen, chequen sus spots de campaña del 2015 en Youtube.
Nada más para que se den una idea mis amigos: en Nuevo León arrasó con el 48.8% de los votos, mientras la candidata del PRI (en alianza con PVEM, Panal y PD) obtuvo la mitad, 23.8% y el PAN 22.3%. Se los llevó de calle porque ni siquiera todos los demás partidos juntos, unidos, hubieran podido impedir que ganara.
Y detrás de él trae a un geniecillo del marketing político: Santiago Pando. Así es que entre más suba “El Bronco” en las encuestas, el que más va a bajar es AMLO, lo que podría impedir que ganara o al menos que se cierre la elección al grado que se tenga que decidir en tribunales por allá por el mes de septiembre.
Por eso dije hace poco que en materia electoral no hay triunfos “irreversibles”. Que del plato a la boca se puede caer la sopa.
Obvio, esto no es seguro. Depende de qué tan efectiva sea o no la campaña de “El Bronco” y eso apenas está por verse en las próximas semanas. Puede resultar un fiasco. Pero de que también cabe la posibilidad de pueda provocar una sorpresa si su campaña “prende”, de eso al menos para mí, no hay duda. Y no me refiero a que “El Bronco” vaya a ganar la presidencia, sino simplemente a que le abolle la corona y de fea manera a López Obrador.
“El escenario menos pensable para la elección de gobernador terminó por imponerse”, titularon algunos medios de comunicación en Nuevo León tras conocerse los resultados definitivos de la elección en ese Estado.
Así es que aguas con “El Bronco”, uno de los grandes obstáculos en el camino hacia la presidencia de López Obrador.