En su tercer intento como candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador venció por un amplio margen, que no tiene dudas de su triunfo. No solo ocupó el poder ejecutivo, también obtuvo el control del Poder Legislativo y ganó casi todos los candidatos a gobernador de su partido.
La mayoría de los candidatos no lo hicieron porque fuera un candidato de izquierda, socialista o prometiera un país como Venezuela o Cuba. No recuerdo que en su campaña dijera que era socialista. Ganó porque la mayoría de los mexicanos estaban hartos de la corrupción priista. Su principal competidor también representó una alternativa a la corrupción, el PAN, pero se dividió, lo que lo debilitó. Además, la asociación con el PRD, el partido de la izquierda, el resto de los votos entre sus simpatizantes. Algo parecido sucedió en el PRD, muchos de sus miembros condenaron la alianza con el PAN y votaron por AMLO.
Como dicen los astrólogos “se alinea los astros a su favor” y se ganó ampliamente, con el poder de reformar las leyes sin el apoyo de los principales partidos de la oposición, la ventaja que no tuvo el PAN cuando gobernó, y dio la impresión ante muchos resultados que No hay cambios en los mismos.
Centrales campesinas, fuentes de voto verde del PRI, que se aseguran triunfos por cambio de manipulación y dejarlos en el campo, ante el casi seguro triunfo de AMLO, pactaron la presidencia con MORENA para darle el voto de sus agremiados a cambio de Incluirlos como receptores de las “ayudas” al campo.
La mayoría de los principios no tienen más graves que ellos para el triunfo de MORENA que el PAN. Se habla, no tengo una prueba documental, sí presuncional, un pacto de impunidad con el ex presidente Peña Nieto: no se trata de los actos de corrupción en que estuvo involucrado, un cambio de obstaculizar la llegada de su candidato al poder.
La mayoría de los mexicanos. Ahora tiene poder político, para superar la economía saqueada que recibió. Pero no dejes claro a los empresarios e inversionistas qué caminos tomará para lograrlo. Con siete meses en el poder generó desconfianza e incertidumbre que frena la inversión, la creación de empleos y el crecimiento, los requisitos para sacar la hoyo la economía.